martes, 30 de diciembre de 2008

Tu presencia es apacible, silenciosa, a una cierta distancia sonríes, siempre sonríes.
Tus éxitos no permites que se vean -sinceramente, no se dónde los escondes-. ¿Es astucia, es el nirvana de los santos o es el limbo de los tontos?
¿Qué eres tú -me preguntaba-; el contrapunto, el espejo que se ríe de nuestro fatigado
empeño en destrozarnos viviendo; para sobrevivir acaso?
¿Qué sabías del amor?; alguna vez lo sentiste?

No podía más, tuve que preguntarte.
Una mañana así lo hice: los dos solos; ante una taza de café, hablamos de todo eso: del dolor que nos rompe en mil pedazos, del caminar en la niebla dando tumbos, de los miedos que nos paralizan, de la magia sí del amor, y entonces fue cuando por primera vez vi tu rostro sin sonrisa, la mirada extraviada, una convulsión entera de todo tu cuerpo. Te echaste para atrás en la silla, y apenas un balbuceo, dijiste:-¡todo, lo sé todo!

Alargué mi mano temblando, tú la retuviste, y desde entonces es tuya. Desde entonces, eres mi mejor amigo.

1 comentario:

PHAROS dijo...

Precioso gorrión el mejor amigo puede ser el que mas has amado Un beso